Índice
La contaminación que existe en el planeta se debe, en gran parte, a la cantidad de residuos sólidos que producimos los seres humanos, algo que ha incentivado la conciencia ecológica y la puesta en marcha de algunas estrategias para revertir este daño, tal como el reciclaje. Nosotros te diremos cómo reciclar basura y así contribuyas con esta causa.
Este es un proceso que en realidad no resulta nada complicado, ya que una vez que lo convertimos en un hábito nuestra vivienda se vuelve respetuosa con el medio ambiente y mucho más sostenible. Además, esto representa un ahorro de dinero y esfuerzo a largo plazo.
Reciclaje de los desechos sólidos
Antes de saber cómo reciclar basura y así alcanzar un nivel de residuo cero, es importante identificar los dos tipos de desechos que existen: orgánicos e inorgánicos.
Desechos orgánicos
Así se les conoce a aquellos desechos que provienen de un ser vivo, ya sea animal o vegetal, y que se descomponen con mucha facilidad.
Desechos inorgánicos
Los desechos a los que se les llama inorgánicos son aquellos que proceden de materiales fabricados por el hombre, cuyo proceso de descomposición es muy lento.
Proceso de separación de los desechos orgánicos de los inorgánicos
Para tener una idea acerca de cómo reciclar basura, uno de los pasos imprescindibles es hacer la respectiva separación de los desechos orgánicos de los inorgánicos. Esto es algo bastante fácil y se hace de la siguiente manera:
La basura orgánica
Estos son los desechos que se producen de la actividad de la cocina y la preparación de los alimentos, tanto de origen animal como vegetal, como el plumaje y las pieles de las aves, desechos de la carne, pieles de vegetales, semillas, tallos, partes de frutas, raíces; incluso los restos de alimentos ya preparados es basura orgánica.
Al menos un 40 % de lo que desechamos en casa es basura orgánica, la cual es biodegradable, por lo que se puede reciclar a través de un tratamiento con el que se convierte en abono natural para las plantas, los cultivos y las siembras agrícolas.
La basura inorgánica
Este tipo de desecho también tienen su propia clasificación, dependiendo del material con el que se elaboran. Esto hace que se separen en:
Metal
En este grupo se encuentran las latas de conservas de alimentos, de refrescos, entre otros. El metal es un recurso no renovable, pero representan una recuperación rentable y podemos reciclarlo en los puntos para ello ubicados en nuestra ciudad.
Plástico
El plástico es un material que no es para nada biodegradable porque es imprescindible reciclarlo. En esta categoría entran varios elementos, tal como muebles, envases de alimentos y bebidas, utensilios de cocina, accesorios de ropa, envases de detergentes y artículos de aseo personal, materiales de cama, embalaje de productos, tuberías, entre otros.
Todos los años se producen unos 15 millones de toneladas de este material, de las cuales muy pocas se reciclan, lo que ha provocado un incremento considerable de la contaminación a nivel mundial.
Cartón y papel
Estos son materiales bastante fáciles de reciclar y que encontramos siempre en casa, en especial cuando hay niños o jóvenes en etapa de estudio. Debemos reciclar todo el papel, cartón y cuadernos viejos que tenemos, ya que es un mecanismo a través del cual se evita la tala de los árboles para su fabricación.
Vidrio
Este es un material que tiene la particularidad de que se puede reciclar con frecuencia y está presente generalmente en envases de alimentos y bebidas, utensilios de cocina, entre otros. Los artículos de vidrio debemos depositarlos en los contenedores que se encuentran en nuestra ciudad, desde donde se trasladan para una planta de reciclaje.
Pilas y baterías
Estos son artículos que son muy contaminantes si se mezclan con otro tipo de materiales, debido a que contienen sustancias químicas que resultan muy tóxicas y contaminantes, por lo que deben desecharse dentro de un envase plástico y llevarlos a un lugar en el que nos garanticen un tratamiento final adecuado, tal como las tiendas que reciben este tipo de material.
Bombillas y aparatos electrónicos
Los aparatos electrónicos, así como las bombillas de todos los tipos que existen, deben separarse de los demás desechos no orgánicos para llevarlos a un “punto limpio” de la ciudad, en el que se especializan en la disposición final de este tipo de materiales.
El Tetrabrick
Este es un tipo de material que no puede ser reutilizado, debido a que son aquellos envases que se fabrican con un 5 % de aluminio, un 75 % de cartón y un 20 % de plástico. Esto hace necesario su proceso de reciclaje en sitios especializados, razón por la cual también deben separarse de los demás desechos inorgánicos.
Los contenedores de reciclaje
Después de llevar a cabo el proceso de separación de la basura, es necesario identificar en qué contenedores deben depositarse, los cuales se clasifican así:
Contenedores de color verde
Estos son los que están diseñados para desechar todo lo que sea de vidrio, tales como envases de alimentos o bebidas, frascos de cosméticos, entre otros.
Contenedores de color azul
En estos contenedores debemos depositar el cartón y el papel. Un error común es meter en este grupo los tetrabriks, por lo que se debe prestar atención a esto para evitarlo.
Contenedores de color amarillo
Se refiere a los recipientes en los que se tienen que colocar todos los envases de metal, de plástico y aluminio, separados en envoltorios diferentes, ya que esto facilita el proceso de clasificación a la hora de someterlos a un proceso de reciclaje.
Contenedores de color naranja o marrón
Son aquellos en los que tenemos que echar la basura orgánica biodegradable como la que describimos anteriormente.
Otras recomendaciones para reciclar
Separar todos los desechos de manera correcta es el primer paso para saber cómo reciclar basura, una acción que se complementa a la perfección si se asumen hábitos importantes y sencillos como estos:
Cuando compramos en el supermercado o cualquier otra tienda, debemos elegir el producto que está dentro de un envase que se pueda reciclar o mejor aún, aquellos que se puedan llevar a casa sin envoltorio.
Separar todos los envases que se van descartando de acuerdo con el material con el que están fabricados, ya sea metal, aluminio, vidrio o plástico.
Reutilicemos las bolsas de plástico tantas veces como sea posible a la hora de llevar las compras del supermercado. Llevar bolsas de tela o un carrito para las compras es lo más adecuado en estos casos.
Debemos separar siempre los desechos orgánicos de los envases inorgánicos.
No tiremos el aceite por el fregadero, ya que es un material altamente contaminante que es imposible separar del agua de los ríos y los mares. Para desecharlo podemos hacerlo en una botella que depositamos finalmente en un contenedor adecuado o en un punto limpio de nuestra ciudad.
Si tenemos espacio y tiempo, podemos crear nuestra propia compostera en casa para crear el abono de nuestras plantas, reciclando así todos los desechos orgánicos que producimos.
¿Qué pasa con todos esos materiales?
Cuando adoptamos una conciencia ecológica con hábitos importantes como reciclar basura damos un paso importante para evitar o frenar un poco la contaminación del medio ambiente. Ahora bien ¿sabes qué pasa con todos esos materiales que separamos?
Cada uno de ellos se trata de una forma específica, dependiendo del tipo de material que los compone; por ejemplo, los envases de metal, plástico y tetrabrik que dejamos en los contenedores amarillos se transportan a una planta de selección, desde la que se llevan a los recicladores respectivos.
En el caso de los desechos de los contenedores azules, como el papel y el cartón, estos se llevan a una planta en la que se limpian de otros elementos, se clasifican en varias categorías para posteriormente prensarlos en balas que tienen una dimensión y un peso estándar.
Después de este proceso de preparación, se llevan a una fábrica de papel, en la que nuevamente se convierten en este material y se transforman en papel periódico o cajas de cartón de cereales, zapatos, entre otros artículos.
¿Por qué reciclar los desechos?
Reciclar los desechos sólidos que producimos se pueden transformar en otros productos totalmente nuevos, lo que permite alarga su tiempo de vida útil, lo que ayuda al proceso de conservación de los recursos naturales disponibles en el planeta tierra. Este es un mecanismo ideal para aprovechar las materias primas al 100 %.
Con estos hábitos logramos disminuir la cantidad de basura que se recolecta e incinera o se deposita en los vertederos creados para ello. Además, esto permite reducir el transporte de los camiones que recolectan la basura, lo que produce una menor emisión de gases y un ahorro de dinero para las instituciones que se dedican a ello.
Este tipo de hábitos también tiende a generar empleos nuevos en las empresas que llevan a cabo la transformación de la basura reciclada. Incluso los productos que elaboran con materiales reciclados tienen un coste mucho menor para los consumidores.
Además, fomentan una cultura ecológica importante en todas las personas. Si esto se implanta a nivel mundial el planeta recibirá una ayuda bastante considerable.