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Hacer jabón con aceite usado no es nada extraño en estos días, en que muchas personas desean tener un impacto menor en la naturaleza y reciclar diversos elementos, como lo es el aceite de comer usado.
Cuando no desechamos correctamente los residuos podemos contribuir a aumentar los niveles de contaminación, sin saberlo y, por supuesto, sin quererlo. En el caso del aceite, un litro ya usado puede contaminar hasta 1.000 litros de agua.
¡Terrible, sobre todo cuando lo que queremos es minimizar nuestro impacto sobre este maltrecho planeta! Pero siempre puede haber una solución (y me gusta ser parte de ella): aprender a hacer jabón con aceite usado y convertirlo en un elemento biodegradable.
Esto se logra mediante un proceso químico llamado saponificación, que consiste en la transformación de un cuerpo graso –unido a una base alcalina y agua– en jabón, en un producto de consistencia jabonosa capaz de hacer espuma y limpiar.
Esta base alcalina está compuesta de hidróxido de sodio (NaOH), lo que en otras palabras es la sosa cáustica, que se añade a las grasas en ebullición. Hacer jabón natural con aceite usado requiere de pocos conocimientos y mucho cuidado, cosas que te explicaré a continuación.
Una de las diferencias entre el jabón artesanal y el industrial es que este proceso de saponificación se hace en frío.
¿Cómo puedo hacer jabón con aceite usado?
Primero, debes contar con espacio adecuado donde poner a ventilar tus jabones artesanales. Unos utensilios (que te cuento ahora) y los siguientes ingredientes:
- 2 litros de aceite para freír usado
- 2 litros de agua
- 330 gramos de sosa cáustica
Los utensilios que se necesitan son una balanza de cocina, moldes (pueden ser los moldes para muffin, los de silicona que tienen formas diversas, para galletas, pero también tazas en desuso, cuencos de distintos tamaños… lo que se te ocurra que sirva para darle forma a los jabones).
También necesitas una cacerola de acero inoxidable, de plástico o de vidrio que sea resistente al calor (nunca de aluminio); cucharas o paletas de silicona, madera o plástico y un colador, igualmente de acero inoxidable o plástico.
Desde que empecé a hacer jabón con aceite usado, los utensilios que uso los destino únicamente para eso. Jamás (y pon atención), jamás uses los cuencos, los moldes, cacerolas, lenguas o cucharas de silicona o madera para otra cosa que no sea la fabricación de jabón.
La sosa cáustica es un irritante para la piel, por lo que también tengo que ponerme guantes, mascarilla y gafas, además de vestirme con camisas manga larga y delantal. Si la sosa entra en contacto con mi piel puede producirme serias lesiones, por lo que hay que cuidarse bien.
Ten en cuenta la ventilación, porque la sosa cáustica puede producir vapores tóxicos peligrosos para la salud.
Ahora sí, ¿ya tienes todo preparado, el lugar, los ingredientes y tu “equipo de protección”? Este detalle es de gran importancia, piensa que si una gota de sosa salpica y te cae en los ojos puedes sufrir graves problemas.
Preparar jabón artesanal con aceite quemado
Paso 1
Yo comienzo poniendo a punto el lugar donde voy a elaborar mis jabones, teniendo todo a la mano. Me coloco las gafas, la mascarilla, los guantes y el delantal, y me visto con una camiseta vieja de manga larga. Me recojo el cabello con una banda de goma.
A continuación, cuelo el aceite con ayuda de un colador, para retirar cualquier residuo sólido que pueda tener, y lo reservo. Mido el agua y peso la sosa cáustica.
Paso 2
En el recipiente (yo uso una cacerola vieja de acero inoxidable, pero puede ser un balde de plástico), echo los dos litros de agua.
Paso 3
Este paso hay que hacerlo muy cuidadosamente: vierte la sosa cáustica al agua (NOTA: siempre vierte la sosa al agua, jamás al revés) y remueve con la cuchara de madera hasta que se disuelva por completo. Yo utilizo una paleta larga de madera.
Fíjate que esta mezcla quede blancuzca, que es como debe quedar. Poco a poco se irá calentando por sí sola, y debes tener cuidado de remover lentamente para que no salpique nada. Ten cuidado porque alcanza una temperatura de 80° C.
Paso 4
Hay que dejar reposar la mezcla hasta que baje un poco la temperatura, hasta 40° C aproximadamente (usa un termómetro para medirla).
A continuación, vas a incorporar el aceite usado, removiendo siempre hasta llegar al punto de traza, o sea, hasta que esté bien espesa y veas el fondo cuando pases la cuchara.
Una observación: cuando mezcles hazlo siempre en la misma dirección, para que el jabón no se corte y quede perfecto.
Aquí puedes agregarle a tu jabón artesanal algún aceite esencial que te guste, colorantes naturales, infusiones especiales para enriquecer el jabón (como té negro o verde, tomillo, romero, etc.), e incluso puedes ponerle avena o ralladura de limón, naranja o mandarina.
Yo utilizo varios recipientes en este punto cuando tengo distintos aceites esenciales o infusiones: distribuyo la mezcla “madre” en tantos recipientes como ingredientes tengo, y a continuación le pongo a cada uno la infusión, el aceite o el ingrediente correspondiente. Remueve otra vez.
Paso 5
Vierte la mezcla en los moldes que tengas preparados. Yo uso varias bandejas de moldes de silicona, de las que tienen figuritas. También uso moldes rectangulares y redondos, pequeños y más grandes.
Pasos 6 y 7
Se debe esperar dos o tres días para que el jabón se endurezca y solidifique bien, que es cuando se puede desmoldar, recuerda ponerte guantes para hacerlo. Luego, hay que dejarlo reposar durante un mes para que el jabón te quede perfecto.
Yo los pongo sobre láminas de papel sulfurado y los cubro con un paño, para que se solidifiquen correctamente. Una vez a la semana les doy vuelta a las pastillas, siempre con guantes. Cuando pase el mes ya se pueden manipular normalmente.
Si hago jabón en moldes que no son de silicona, procuro forrarlos con papel vegetal para poder desmoldarlos fácilmente, luego los corto del tamaño y la forma que desee.
Por último, los envuelvo en papel celofán, les coloco una etiqueta indicando qué tienen (si extracto de romero, si de té negro, si de avena, si de limón o naranja… hago varios al mismo tiempo) y los guardo. Quedan monísimos.
Por qué hacer jabón con aceite usado
Razones económicas
Hacer jabón con aceite usado es sin duda una iniciativa comercial que puedes empezar fácilmente desde casa y vender entre tus amigos y tal vez a tu tienda favorita de productos naturales.
Además, los ingredientes son fáciles de conseguir –online o presencialmente– y puedes prepararlos con distintas fragancias y diferentes extractos de plantas y aceites esenciales.
Tienes a tu disposición una inmensa variedad con diversas propiedades terapéuticas y medicinales.
Y no solo eso, estarás ahorrando al utilizarlos porque son muchísimo más económicos que los jabones cosméticos que venden en el súper.
Razones medioambientales
A mí me encanta hacer jabón con aceite usado porque con esa pequeña actividad aporto mi contribución al planeta, contaminando menos y reciclando el aceite vegetal que utilizo en la cocina, sea el de oliva o el de girasol.
Además, me aseguro de que todos en casa seamos lo más respetuosos con el medio ambiente y de cumplir, en lo posible, lo de ser “residuo cero”.
Razones de piel
La primera razón que salta a la vista es que no tienen aditivos químicos o conservantes que pueden dañar la piel. Yo utilizo aceites esenciales de árbol de té, de limón, de tomillo, de lavanda, que también son aromáticos.
Uso infusiones diversas, como de té negro, rojo o verde, infusiones de romero, extractos botánicos que consigo en algunas tiendas especializadas; les pongo avena cuando quiero un exfoliante natural y ralladuras de la corteza de limón, naranja o mandarina.
Una vez me puse a inventar y le agregué cacao puro y manteca de cacao a un lote que preparé. Quedé impresionada no solo de lo bonitos que salieron y lo rico que olían sino de la suavidad que le dieron a mi piel. Desde ese momento, siempre hago jabones con cacao.
¿Y sabes qué? A veces rompo una cápsula de vitamina E y la agrego a la mezcla, lo que me da jabones muy nutritivos para el cutis. La cosa es que cuando el proceso de saponificación se hace en frío, los jabones artesanales mantienen todas sus propiedades. Por eso son mejores que los industriales.
Y como mayormente uso aceite de oliva virgen extra para cocinar, los jabones quedan estupendos ya que este aceite tiene propiedades antioxidantes y emolientes.
Por otra parte, pueden usarse tanto para la piel del cutis como para el resto del cuerpo: su pH es equilibrado y están elaborados sin químicos tóxicos, y por ello no resecan la piel del rostro, que siempre es más delicada que la del cuerpo.