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Los productos naturales residuo cero han recobrado presencia en el mundo, por el interés de un público, cada vez mayor, que busca productos más saludables y que al mismo tiempo protejan al medio ambiente.
El jabón de Marsella es un producto muy antiguo, que fue muy empleado durante siglos y que luego fue desplazado por nuevos productos industriales.
Sin embargo, el público interesado en productos naturales busca nuevamente el jabón de Marsella, ya que es un excelente producto de origen natural y no deja residuos contaminantes en nuestro entorno.
Aquí te menciono detalladamente los aspectos más relevantes de este excelente jabón.
Historia del jabón de Marsella
El registro más antiguo de la fabricación de jabones naturales se ubica en Alepo, Siria, hace más de 2000 años. Este jabón se producía con aceite de oliva y laurel.
Se cree que esta técnica llega a Europa en la época de las cruzadas, siendo asimilada y perfeccionada en países como España, Italia y Francia.
El jabón de Marsella se elaboró por primera vez en la ciudad de Marsella, Francia. Los registros más antiguos de ventas de este jabón se remontan al año 1371, por lo cual es lógico pensar que comenzó a elaborarse aún mucho antes.
La elaboración de este jabón era artesanal y empleaba fundamentalmente aceite de oliva, sosa cáustica y camarga.
En el transcurso de los siglos el proceso se fue perfeccionando, pero las fábricas no podían cubrir la gran demanda del jabón.
Con el edicto de Colbert, en 1688, Luis XVI ordena la estandarización de la elaboración del jabón de Marsella, utilizando únicamente aceite de oliva puro. Esta decisión le dio identidad propia al jabón de Marsella, diferenciándolo de los demás.
En el siglo XVIII, debido al bloqueo inglés de materias primas, los fabricantes de jabones se ven forzados a utilizar otros materiales como la sal marina, aceite de sésamo, aceite de colza y aceite de lino.
Sin embargo, el punto positivo de esta desafortunada circunstancia fue que se amplió el conocimiento de lo que es la ciencia del jabón.
Aunque poco a poco fue desapareciendo, con la llegada de los jabones modernos, fue a partir del advenimiento de los movimientos actuales de protección del medio ambiente que vuelve a renacer el interés por este jabón natural y ecológico.
Características de un genuino jabón de Marsella
Para que puedas identificar un genuino jabón de Marsella, te daré sus características principales.
Este jabón tiene forma cúbica y pesa aproximadamente 600 gramos. Además, si está hecho a base de aceite de oliva, presentará una tonalidad entre blanca y verde. Por otra parte, este jabón lleva la siguiente inscripción: “extra pur 72% d’huile”. Esta inscripción te indica que el mismo está compuesto de 72 % de aceite de oliva.
Actualmente, el jabón de Marsella se elabora con una combinación de los siguientes aceites: oliva, coprah y palma. Estos tres tipos de aceite le confieren poder de limpieza, espuma y protección de la piel.
Muchos jabones vienen identificados como jabón de Marsella, pero en realidad no lo son. Un jabón genuino de Marsella no viene con gamas de colores azules, rojos, verdes, morados, etc. Además, el jabón auténtico tiene un solo aroma y es inconfundible.
¿Cómo se fabrica el jabón de Marsella?
En la fabricación artesanal del jabón de Marsella se diferencian cuatro etapas, las cuales paso a describirte a continuación. Es un proceso de fabricación que, aunque ha tenido cierta evolución, todavía se mantiene intacto, después del paso de varios siglos.
Empaste
Primero se prepara un cazo con agua a 50 grados centígrados, aproximadamente. Luego, se le añade poco a poco la soda cáustica, mientras se agita para que se vaya disolviendo.
Estando disuelta la soda cáustica, se le va añadiendo el aceite de oliva, el aceite de coco y el aceite de palma, mientras se va agitando la mezcla.
Posteriormente, la mezcla se va espesando y se le añade la sal marina para quitarle humedad, permitiendo concentrar la pasta de jabón.
En esta etapa ocurre una reacción química controlada entre los componentes, la cual puede durar varias horas.
Cocción
La pasta resultante de la etapa anterior se somete a una temperatura de 100 grados centígrados, hasta que hierve. En estas condiciones, se comienza a retirar la soda cáustica sobrante.
En esta etapa se riega la superficie de la pasta con agua fría, para arrastrar y limpiar impurezas y restos de soda cáustica. Estos lavados se repiten tantas veces como sea necesario.
Un jabonero artesano prueba el jabón. Si el sabor es dulce, es porque la pasta está lista. Sin embargo, cuando el sabor es ácido, deberá continuar con el proceso descrito anteriormente.
Todo este proceso puede durar unos cinco días, aproximadamente, hasta que se complete satisfactoriamente.
Colado y moldeado
La pasta de jabón, después de permanecer en reposo durante dos días, está lista para salir líquida del cazo y se pasa a la zona de moldeado, a través de canales.
La zona de moldeado se monta sobre una base plana de concreto, la cual se ha humedecido con agua salada, para que la pasta de jabón no se pegue de la misma. Por otra parte, los moldes son hechos de madera recubierta con papel.
En el canal principal, a la salida del cazo, se coloca un filtro o tamiz para atrapar cualquier residuo indeseado. Luego, el jabonero saca el tapón del cazo, para que la pasta de jabón líquido corra por las canales y llene todos los moldes adecuadamente.
Los moldes de madera se dejarán enfriando unos dos días aproximadamente. Este tiempo es el necesario para que el jabón se endurezca y se seque, cumpliendo con los procedimientos artesanales centenarios.
Desmoldeo y estampado
En esta etapa se sacan los jabones de los moldes, de forma muy cuidadosa. Luego, se dejarán unos días más secándose completamente, con el aire del ambiente.
Estando secos los jabones, el jabonero artesano introduce cada uno en una máquina, que grabará la denominación y la marca del fabricante de los jabones. Esta máquina es centenaria y da ese toque especial de originalidad al jabón de Marsella.
Finalmente, se embalan en material ecológico y biodegradable, cumpliendo totalmente con el respeto al medio ambiente.
¿Cómo usar el jabón de Marsella?
Son múltiples y muy variados los usos que puedes darle al jabón de Marsella. Aquí te describiré los más importantes, los cuales te convencerán de la gran versatilidad de este jabón natural. Seguramente, si todavía no lo has usado, saldrás corriendo a comprar esta maravilla natural.
Higiene de la piel
Este jabón es 100 % hipoalergénico y no te provocará resequedad en la piel. Esto es muy útil para la higiene de la delicada piel de los niños y para las partes más sensibles de tu cuerpo, como la cara y el cuello.
Los dermatólogos lo recomiendan mucho para curar los eccemas de la piel. Además, es eficaz contra bacterias y virus. Por esta razón, es muy recomendable en estos tiempos de pandemia, ya que tenemos que lavarnos mucho las manos y la cara, sin causarnos irritaciones.
Higiene de las mascotas
El jabón es adecuado para la limpieza de tus mascotas, especialmente los perros. En este aspecto, es mejor que la mayoría de los champús tradicionales para perros y les evita reacciones alérgicas.
Contra picaduras de insectos
Las picaduras de insectos crean irritaciones y llagas en la piel, las cuales podrás curar eficazmente lavando la zona afectada con jabón de Marsella.
Esto ha sido comprobado de generación en generación, a través de los siglos, con picaduras de mosquitos, avispas y arañas.
Para afeitar la piel
Es conocido por todos como el afeitado deja irritada la piel. Esto es así porque las hojillas no solo cortan a ras el pelo, sino que también cortan finas capas de la piel.
En este sentido, el jabón de Marsella evitará la irritación de la piel durante el afeitado y favorecerá la regeneración de la capa de piel dañada, posteriormente.
Limpieza de los dientes
Aunque parezca mentira, el jabón de Marsella es bueno para la salud bucal, ya que puede sanar la irritación de las encías. Para este fin, aplicarás una capa de jabón en tu cepillo de dientes y luego frotarás suavemente tus encías.
Debido al poder cicatrizante, desinfectante y antiinflamatorio del jabón, tus encías sanarán con rapidez.
Lavar la ropa
Es ideal para lavar la ropa en general, ya que limpia profundamente, sin deteriorar la misma. El jabón en polvo de uso comercial que se emplea para lavar la ropa deteriora rápido las prendas de vestir de tejidos más delicados.
Por otra parte, es recomendable lavar la ropa del bebé con el jabón de Marsella, porque no deja residuos que puedan ocasionar alergias al niño.
Los jabones tradicionales de lavar ropa dejan residuos de sustancias, que no son tolerables en las pieles más sensibles.
Contra las polillas
La ropa guardada en armarios y cajones, durante largos períodos de tiempo, es atacada por las polillas. En muchas ocasiones se usan pastillas de naftalina para ahuyentar estas plagas tan destructivas.
Sin embargo, si colocas trozos pequeños de jabón de Marsella en esos lugares, también lograrás alejar a las polillas eficazmente y sin dejar residuos tóxicos.
Como puedes ver, el jabón de Marsella es una maravilla natural y ecológica, que va a satisfacer todas tus expectativas.